Black Ivory Coffee es la marca tailandesa que utiliza granos de café que fueron consumidos por elefeantes y recogidos de sus heces.

La empresa tailandesa Blacky Ivory Coffee vende el café más caro y exótico del mundo. Para su elaboración se utilizan granos de café de la variedad Arabica que fueron consumidos por elefantes y recogidos de sus heces. El excremento se recoge, se tuesta y con él se hace la infusión.

En el corazón de las bellas colinas del norte de Tailandia, las mujeres de los cuidadores de elefantes recogen los granos de café de los excrementos de los animales. El sabor del café Black Ivory es producto del efecto de los ácidos del estómago del elefante, que rompen las proteínas del café.

Los granos de café son digeridos en un paso que dura entre 15 y 70 horas por el animal, y contienen otros ingredientes que se encuentran en el estómago de los elefantes, y que le otorgan aromas específicos al grano. Una vez lavados y tostados, se convertirán en un café único, de los más caros del mundo.

«Cuando presenté mi proyecto a los cornacas [guías y cuidadores de los elefantes], me tomaron por loco«, recuerda Blake Dinkin, fundador de la empresa Blacky Ivory Coffee. Este canadiense se lo pensó mucho antes de viajar al distrito de Chiang Saen, fronterizo con Birmania y Laos, más conocido por el tráfico de drogas que por el café.

El estómago del elefante funciona como una olla de cocción lenta, donde los granos de café se marinan con las otras hierbas y frutas que consumen los paquidermos, explica el productor. Los jugos gástricos, por su parte, permiten eliminar el amargor del café, asegura. Hasta ahora sólo se puede encontrar en hoteles de lujo de Asia, donde cinco tazas del tamaño de un expreso se venden por más de 60 euros.