La república de Francia decidió prohibir la producción de su emblemático foie gras – conocido en español como hígado de pato- por temor a un brote de gripe aviar. Productores del foie gras se manifestaron en contra de la medida y denunciaron que su pérdida alcanzará los millones de euros.

La medida, que fue tomada para prevenir un brote de gripe aviar, implica que criadores en más de 18 distritos del sur francés no podrán tener ningún pato o ganso en sus criaderos al menos hasta el mes de agosto. El foie grass es considerado un producto de delicatessen por algunos, pero asimismo, hay muchos activistas que lo denuncian por ser un producto que se consigue a fuerza de maltrato animal (los patos en cuestión son alimentado a la fuerza con una sonda).

Muchos recordaran el famoso virus H5N1, o influenza. La medida preventiva surgió luego de que detectaran un caso en una granja ubicada en la localidad de Dordogne en noviembre del año pasado, lo cual motivó una pertinente investigación. El virus H5N1 es mortal para las aves, en tanto los humanos solo se contagian cuando tienen contacto con los animales.

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El minsitro de Agricultura local anunció que compensará a los criadores por su pérdida estimada de €130m, sin embargo, una vocera de los criadores de la ciudad de Cifog, alertó que hay 4.000 puestos de empleo en peligro. Marie Pierre Pé relató en diálogo con el periodico local Le Figaro que «ésta interrupción en el negocio causará serios problemas en el flujo de dinero, aranceles adicionales sumado al desempleo temporario de alrededor de 4.000 trabajadores, sin contar los costos fijos, que tendrán que pagarse aunque nosotros no tengamos ingreso alguno».

Además, habrá 9 millones de pollos menos en el mercado y el precio del mentado foie grass, inevitablemente subirá. Francia produce alrededor del 75% del foie gras del mundo y exporta alrededor de 5.000 toneladas por año. Cabe destacar que esta «alimentación forazada» a la que son sometidos los pollos (con sondas insertadas en las gargantas de estos), es ilegal en muchos países de Europa, excepto en Francia. El grupo de activistas por los derechos de los animales, Peta, denuncia la práctica como «cruel» y asegura que los hígados de los pájaros pueden crecer 10 veces su tamaño.