Bajo el lema «La gente bonita come fruta fea», lanzaron una campaña en Portugal que tiene como objetivo luchar contra el desperdicio de frutas en almacenes, restaurantes y supermercados.

Es de público conocimiento que tanto los pequeños proveedores como los grandes restaurantes, eligen frutas con buena apariencia por sobre las que presentan imperfecciones. Estas «frutas feas» son descartadas prematuramente y entidades como la FAO estiman que se desperdicia cerca de un 30% de la fruta producida en Europa por culpa de estos estándares estéticos tan instaurados.

Fruta Feia también sostiene que esta gran cantidad de desperdicio (que en Portugal alcanza hasta 1,7 toneladas anuales) tiene otras razones más allá de la estética, como las malas prácticas a la hora de transportar los alimentos, las fechas de vencimiento muy cortas y las promociones de compra en grandes cantidades que sólo logran que se compre más fruta que la que se puede consumir.

En esa línea, Fruta Feia trabaja codo a codo con una lista de productores, restaurantes, supermercados, fruterías y almacenes que guardan especialmente la fruta que no va a ser vendida por tener marcas y otras imperfecciones. Una vez recogidos estos productos, se elaboran dos tipos de canastos de frutos: uno grande de siete kilos y otro más pequeño de tres o cuatro kilos que se venden a través de su web a 3,5 y 7 euros y son enviados a los hogares de quienes valoran los alimentos más allá de su aspecto de frutas “feas”.

Este documental sobre el desperdicio de alimentos en Europa da a conocer más detalles sobre la recuperación de los alimentos y presenta a los ideólogos y trabajadores de esta original y valiosa iniciativa.