La innovación en las etiquetas, el vino en lata, la copa portable, el Bag in Box o el botellón, son algunas de las nuevas propuestas de empaque del vino que vienen ganando terreno y abriendo el juego a nuevas formas de comercialización en la industria vitivinícola.

Para conquistar a nuevos consumidores, una de las revoluciones del vino en el mercado interno se tiene que dar a través de los empaques. La buena noticia es que el consumidor argentino se muestra abierto y le interesan las nuevas propuestas y las innovaciones ya disponibles. Así lo afirma, en una de sus conclusiones, el informe “Situación competitiva del vino argentino en el mercado interno”, elaborado por la Consultora W que dirige Guillermo Oliveto para la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR).

El estudio, que es un insumo fundamental para la actualización del Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) de cara al 2030 y es parte de los esfuerzos de toda la cadena vitivinícola argentina por reenfocar su estrategia de crecimiento, expresa las necesidades de la actividad para sostener e incrementar sus mercados y traza líneas de acción en pos del crecimiento con inclusión de todos los actores de la vitivinicultura argentina.

Y lo destacable de las conclusiones a las que se llegaron es que el consumidor argentino está abierto, captan su atención y ve con expectativas favorables las innovaciones que se están dando y se pueden dar en el vino y su packaging en pos de ganar nuevos consumidores.

De esta manera, según algunas conclusiones a las que arriba este estudio, es a través de las innovaciones en el producto en sí, pero también a través del empaque, de la comunicación y de la estrategia de comercialización, entre otras, que la industria vitivinícola se va adaptando a las nuevas necesidades de los consumidores, ampliando su alcance y contribuyendo a generar nuevas ocasiones de consumo.

De la botella convencional a la lata y al botellón

A partir de la pregunta “¿cómo fueron evaluadas las potenciales innovaciones que ya existen en el mundo?”, Oliveto indica en el informe que, pese a dudas que circundan en el imaginario de algunos consumidores habituales, “el vino en lata tiene muy buena aceptación”, y al 57% de los consumidores de bebidas con alcohol les parece muy o bastante interesante la propuesta. Este tipo de empaque atrae porque es una novedad que transmite modernidad, juventud y permite otras ocasiones de consumo.

Así, según los encuestados, los aportes de la lata a la imagen del vino radican en una estética moderna y cuidada. Además, para vinos refrescantes, como espumantes o blancos, el aluminio enfría bien y brinda practicidad; y aporta una medida justa e individual a la hora del consumo personal. Asimismo, se relaciona a este empaque con propuestas más jóvenes y modernas, abriendo oportunidades en diversas escenas como previas, picnics o camping, permitiendo a su vez variedad en reuniones con amigos y fiestas.

Un caso similar es el del vino en copa portable, el cual -si bien aún no se comercializa en Argentina- también parece tener muy buena aceptación de parte de los consumidores consultados y marca el grado de apertura y receptibilidad que tiene en cuanto a innovaciones en materia de packaging. En este sentido, según el informe, el 58% de los consumidores de bebidas con alcohol les parece muy o bastante interesante este tipo de empaque, que llama la atención y es aceptado “porque se percibe como cool, canchero y buena onda”.

Los aportes de la copa portable a la imagen del vino están vinculados a la innovación, la disrupción y la diversidad, entre otros. Y, en ocasiones de consumo, la copa portable tiene las mismas apreciaciones que la lata, sumando además “la fiesta”.

¿Una bolsa en una caja?: el éxito del Bag in Box

Otra de las variables de empaque que se destaca en el informe, como una innovación que requiere ser bien explicada y comprendida para tener impacto, es el caso del Bag in Box. Como su nombre lo indica el Bag in Box es una alternativa innovadora del vino en caja que, en Argentina, tendrá que luchar con los prejuicios que existen sobre la calidad de los vinos en este tipo de envases. No obstante, según indica Oliveto en el informe, “al conocer cuales son sus propiedades, mejora la percepción en base a tres atributos: practicidad, conservación y accesibilidad”. En cifras, al 68% de los consumidores de bebidas con alcohol, les parecióì muy o bastante Interesante, en oposición con la opción del vino en sachet, que al 75% les parecióì poco o nada Interesante.

Por último, aparece otra propuesta que desde hace tiempo se presenta como una opción de consumo en mayor cantidad: los vinos en botellón de 1,5 o 1,25 litros. Tal como lo indica el estudio de la Consultora W, esta opción está aprobada por el al 62% de los consumidores de bebidas con alcohol y lidera el ranking de las innovaciones más atractivas.

Los datos oficiales

El Instituto Nacional de la Vitivinicultura (INV) ya cuenta con datos respecto a la comercialización de vino en estos nuevos empaques para el mercado interno. El acelerado crecimiento de su share en la comercialización demuestra la excelente recepción que tienen para el público en general.

Para el caso del botellón de hasta 1,5lts, tuvo un crecimiento en la comercialización total de vino de un 50,6% entre agosto de 2018 y 2019, y un crecimiento del 23,8% entre agosto de 2019 y 2020. Lo mismo sucede con la Bag-in-box, que ha tenido importantes crecimientos en ambos periodos. Un 77,8% para el periodo agosto 2018 – agosto 2019, y un 37,6% para el mismo periodo entre 2019 y 2020. Por su parte, la lata que se comenzó a medir este año ya representó más de 77.000 litros de la comercialización total de vino para agosto de 2020.