El mundo está fanatizado con esta hortaliza que tiene un aspecto que bien podría ser una mezcla entre brócoli, espinaca y lechuga. Pero más allá de cómo se ve, el quid del asunto es lo excepcionalmente rica en nutrientes que aparentemente resulta ser.

El ““vegetal más sano del planeta” es rico en calcio, vitaminas A, C y K, además de tener un alto contenido en minerales, antioxidantes y fibra. Es pariente del brócoli, la coliflor y los repollitos de Bruselas y si bien todavía no es nada sencillo conseguirlo en Buenos Aires, se puede cultivar en casa o buscarlo hasta encontrarlo en algunas ferias orgánicas o en algunos restaurantes muy cool que lo incluyen en sus menús.

¿Cómo se consume? En ciudades como Nueva York están fanatizados con el jugo de kale (en verano es tan popular como el chocolate caliente en invierno). Pero además, se  puede comer al vapor, para condimentar luego solo con oliva y sal o comerla fresca en ensalada, aunque para eso habrá que acostumbrar al paladar a su textura, un poco más dura que la de la espinaca fresca.