Hace 10 años se lanzó en Uruguay el programa Huertas en Centros Educativos, que trabaja en escuelas de contexto crítico y funciona gracias al apoyo de la Intendencia de Montevideo, Administración Nacional de Enseñanza Pública (ANEP) y Universidad de la República, coordinado por la Facultad de Agronomía.

Con motivo de su 10º aniversario, se realizó una encuesta a los padres de los niños participantes. El 56% dijo que sus hijos consumen más verduras desde que participan del programa mientras que el 78% informó que cultiva en su hogar.

El programa empezó en el año 2005 y se aplica en 48 escuelas de Montevideo y cuatro de Cerro Largo, todas de contexto sociocultural crítico. Allí trabajan 33 orientadores (estudiantes de Agronomía) y tres coordinadores que son ingenieros agrónomos.

La idea del programa Huertas es que los alumnos aprendan sobre el cultivo de alimentos a través de las distintas clases, ya sea con matemática, historia o lenguaje. Se instala una huerta en la escuela y se hace un seguimiento durante todo el año. Lo cosechado se consume por las familias de los niños o se vende en ferias para juntar fondos para les escuelas que participan en el programa.

Tras diez años en funcionamiento, realizaron una encuesta a hogares de los niños que forman parte del programa para evaluar el impacto del mismo. Los resultados son en función de 371 encuestas contestadas. La encuesta señala que el 97% valora el programa como positivo y ninguna familia lo ve como negativo. El 56% afirma que sus hijos consumen más verduras desde que participan en el programa y un 10% que sus hijos no consumen verduras.

Además, un 78% de los encuestados cultiva en su hogar. Del 22% que afirma no cultivar, el 42% dice que es por falta de espacio y el 19% por falta de tiempo. Un 5% dice que es por falta de información y un 3% porque no le gusta.

Lo que más cultivan son plantas aromáticas y medicinales (69%), en segundo lugar frutales (52%) y en tercer lugar aparecen los cultivos de verano (tomate y morrón). La cebolla y la acelga aparecen en un 17% de las respuestas. También mencionan cultivar con menos frecuencia otros cultivos de verano como porotos, zapallito, maíz y papa.

En relación al aprendido por los niños se valora “el aprendizaje de valores actitudinales como el respeto hacia la naturaleza, los seres vivos, el trabajo cooperativo, la solidaridad, el compañerismo y la valoración al trabajo agrícola”. También se destaca la transmisión del interés por una “alimentación saludable y el conocimiento de propiedades de hortalizas que abren camino a experimentar nuevos gustos y sabores”.