Entrar a la cocina del Vaticano y conocer la comida favorita del Sumo Pontífice ya no será imposible gracias a «Buon Appetito, Guardia Suiza», un libro donde se detallan las recetas de los platos que cada Papa hizo preparar por los cocineros del Vaticano. El autor de este valioso material culinario es David Geisser, un chef de Zurich que pertenece a la Guardia Suiza Pontificia.

Geisser recopió los platos que Francisco, Benedicto XVI y Juan Pablo II pidieron a los cocineros del Vaticano durante su papado. El libro fue escrito junto al sargento Erwin Niedeberger y presenta menúes con tres de los platos favoritos de los últimos Sumo Pontífice. En cada uno se puede observar el gusto por esa comida preparada con alimentos autóctonos de su país.

«Preguntamos a las secretarias de los Papas y nos contaron cuáles eran los menúes que ellos preferían», explicó Geisser, en donde aseguró -entre otros detalles- que Francisco hizo preparar dulce de leche casero. «El libro fue publicado en alemán y luego traducido a varios idiomas como el italiano, español, inglés y francés«, explicó Geisser, de 25 años.

En el libro, Geisser detalla que el dulce de leche del Papa «se cocina a base de leche, azúcar, bicarbonato, vainilla y un poco de coñac. El secreto está en cocer a fuego lento la leche y el azúcar, removiéndolos para que se mezclen, durante una hora, hasta que el líquido se oscurezca. Después, se añadirá la vainilla, el bicarbonato y el coñac, y se mezcla hasta que alcance la consistencia deseada».

El menú que más le gusta a Jorge Bergoglio se completa con dos platos más: las empanadas de carne y la colita de cuadril a la parrilla, una pieza de carne sin hueso que corresponde a la parte baja, externa y transversal del cuarto trasero de la res.

Por otra parte, según explicita un informe publicado en el portal NutriGlam, el Papa alemán Joseph Ratzinger – previo a Francisco – prefería los menús bávaros compuestos de «wurstsalat», una ensalada con salchichas sin piel y cortadas en rodajas finas, acompañadas de tiras de cebollas y aderezadas con vinagre, aceite y sal. También los filetes de cochinillo y los pasteles con azúcar espolvoreado por encima era habitualmente solicitados por el para emérito

Los «pierogi», uno de los platos más típicos de Polonia, eran a su vez los favoritos del santo Juan Pablo II.  «Es una pasta rellena, parecida a los ravoli italianos», explicó Geisser, que puede contener en su interior queso, puré de patatas, col, cebollas, carne y huevo duro.

Finalmente, el libro incluye las recetas preferidas del secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, del prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gänswein, y del cardenal suizo Kurt Koch. La obra se completa con fotos del interior del Vaticano, de la Guardia Suiza en su día a día y también de los cocineros preparando los menús en la cocina pontificia.