¿Vino con hielo o a temperatura ambiente? La discusión, en este caso, es otra. ¿De qué se trata esta costumbre europea de tomar el vino caliente?

En Europa, cada país tiene una receta especial para su vino caliente y también un nombre en particular: en Francia se lo conoce como “vin chaud” (vino caliente), en Hungría como “forralt bor” (vino quemado), Alemania “glühwein” (vino encendido), en Escandinavia se dice “glögg” y en Italia del Norte lo llaman “vin brulé”.

Esta forma de tomar el vino es considerada como un trago de alcohol con duras asperezas y una destacada acidez.

La receta universal del vino caliente en la cultura europea tiene una particular explicación. Ha sido utilizado, en siglos anteriores, como medicina entre los legionarios romanos y quedó como una costumbre para beber en invierno.

Puede llevar canela, clavo de olor, cáscaras de naranja, cardamomo o anís estrellado pero hay un ingrediente que nunca debe faltar: azúcar o miel.

Otro gran secreto es el tipo de vino, ya que no todos se prestan para esas temperaturas. Lo ideal es que sean ligeros, frutados y con un marcado sabor de roble y añejamiento.

La modaidad de preparación es el punto de ebullición. Los ingredientes se agregan a la par del vino, a fuego suave. Es importante revolver constantemente, sobre todo si la cantidad de azucar es alta. Algo a tener en cuenta: cuanto más tiempo se lo caliente –con o sin hervor- más se evaporará la cantidad de alcohol, pero los gustos dulces se intensificarán

Para servirlo debe colarse previamente y colocarlo en tazas que mantengan la temperatura y no recalienten su contorno.