Con el frío vienen las frazadas y las comidas más calóricas. Por ello los  nutricionistas recomendaron «no obsesionarse con las calorías» sino «prestar atención al valor nutricional de los productos que comemos».

De este modo es posible «llevar una alimentación saludable en invierno si se controla la calidad de los alimentos y los ingredientes de los platos, por ejemplo, consumiendo vegetales en cada comida», aseguró María Florencia Roa, integrante del equipo de Nutrición de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).

La especialista señaló que incorporar vegetales no implica pensar en ensaladas frías o en la típica de lechuga y tomate, sino que se puede hacer una variedad de comidas calientes nutritivas y sabrosas.

«Se pueden acompañar los vegetales con carnes o hidratos de carbono, y cuando hablamos de carnes no se debe pensar sólo en las rojas, sino también en incluir el pollo, el pescado, el cerdo o cualquier otro tipo de animal», remarcó y sugirió elegir dentro de los hidratos arroz integral, legumbres -como arvejas, lentejas, garbanzos o porotos-, pastas y papas.

Para comer sano en invierno también se debe quitar siempre la grasa visible y la piel a las carnes antes de cocinarlas, así como evitar las cremas, embutidos y los postres muy calóricos.

Algo que no solemos hacer pero que es fundamental, es mirar y entender las etiquetas de los alimentos que consumimos. Aunque un producto tenga envoltorio verde o sea de una marca relacionada con las bajas calorías, «eso no necesariamente implica que que así lo sea».

Cuando se leen las etiquetas de los alimentos también se debe prestar atención al tamaño de la porción a la que hace referencia el envase y pensar si esa será la que se va a ingerir. «Por ejemplo, en el caso de galletitas, si el paquete considera que tres unidades es la porción estándar y nosotros nos vamos a comer por lo menos seis, pues habrá que multiplicar por dos el aporte de todos los nutrientes«, remarcó.