Entrar a un bazar, chusmear y comprar cosas a montones es una de las grandes tentaciones pero esto se incrementa cuando entramos al bazar más antiguo del mundo que, a la vez, se convirtió en el más visitado. Lleva sobre sus espaldas 550 años de historia y se encuentra en Estambul. Ahora se lo someterá a una remodelación que preocupa a los más nostálgicos.

El Gran Bazar de Estambul es el mercado cubierto más visitado del mundo y es una perdición para los turistas y los residentes que se pierden en las callejuelas del «Kapaliçarsi» («bazar cubierto» en turco) en busca de fastuosas telas, joyas, especies o simplemente para pasear es un placer y toda una aventura.

Con más de 90 millones de visitantes en 2014 es considerado el lugar más frecuentado del mundo. Sus 40.000 metros cuadrados de techo sirvieron de terreno de juego en 2011 al agente secreto británico James Bond para sus acrobacias en la película «Skyfall».

Fue construido en 1450 bajo el reinado del sultán Mehmet II y a lo largo de los siglos sufrió ampliaciones, destrucción, reconstrucción y modernizaciones. Se improvisó y no siempre se respetaron los cánones históricos. Aunque no perdió un ápice de su efervescencia secular, los adoquines se sueltan, sus bóvedas se inclinan y hay goteras.

Es por eso, que la minicipalidad de Estambul decidió tomar el toro por las astas y someterlo a una restauración sin precedentes, que costará más de 30 millones de euros. «Es el lugar más visitado del mundo, es muy importante para nosotros«, afirmó el alcalde del distrito de Fatih, Mustafa Demir.

La prioridad es devolverle al edificio su estabilidad. «El Gran Bazar está construido sobre una colina cuyo suelo está impregnado de agua«, explica el responsable técnico de las obras del ayuntamiento, Okan Erhan Olfaz. «El suelo ya no puede sostener el edificio, que se hunde y se desliza por la pendiente».

Se cavarán trincheras en cada una de las calles. En el fondo se pondrán túneles de hormigón para el paso del agua, las alcantarillas, la lluvia y, posiblemente, los haces de cables eléctricos que ahora cuelgan de las paredes. «Las galerías aportarán solidez al edificio bajo tierra y estabilizarán todas las columnas«, anunció el ingeniero jefe Olfaz.