Cada uno de los 100 barrios porteños tiene identidad. Algunos están ligados al fútbol, otros al comercio, y otros más tradicionales son sinónimo de tango y arrabal. Es el caso de Almagro, que en los últimos años multiplicó su oferta cultural y gastronómica y se convirtió en una alternativa a Palermo, con precios más amables y una movida más «de barrio».

Este nuevo polo gastronómico que nació en Almagro y crece cada vez más rápido se extiende por las calles Lavalle, Guardia Vieja, Humahuaca y Sarmiento, desde el Abasto hasta Medrano, sumándose las adyacentes Bulnes, Billinghurst y Mario Bravo. Además de las variadas propuestas culinarias, muchos de los bares ofrecen música en vivo u obras de teatro, sello definitivo que lo distingue del circuito palermitano.

En Almagro es posible cenar por menos de 100 pesos, y el gasto promedio no supera los 200. Lo que más sale son las pizzas, empanadas, minutas y picadas, acompañadas por cerveza o tragos. Aunque ultimamente, las propuestas más gourmet están ganando terreno.

Entre los lugares más destacados se encuentra Guarda la Vieja, ubicado en la esquina de Billinghurst y Guardia Vieja. Una esquina con mesas de madera con una carta tentadora en la que se destacan las abundantes y originales ensaladas, las picadas y milanesas, además de su reciente incorporación de cerveza artesanal.

Cruzando la esquina en diagonal se encuentra el emblemático bar notable El Banderín, que también ocupa una esquina y sirve los característicos tapeos con aperitivos, bien típico del Buenos Aires de antaño.

Guarda la Vieja
Guarda la Vieja

Un par de cuadras más lejos, se encuentra El Imaginario, que también tiene una carta simple de comidas y un sótano donde tocan bandas con regularidad y le pertenece nada más ni nada menos que a Skay Beillinson, ex guitarrista de los Redonditos de Ricota.

A una cuadra del Imaginario está el Centro Cultural La Huella y Ladran Sancho, donde también se puede beber y picar alguna comida al paso mientras se disfruta de la actividad del día.

A esta altura, esta zona porteña se parecería tranquilamente a la capital española de Madrid, donde grupos de amigos se juntan para recorrer varios bares en una misma noche e ir degustando tapas y bebidas.

Para terminar -aunque la lista sigue – en los alrededores hay joyas como «Doña», «Pierino», «Ermak», «La Reina Kunti» con más tono de restaurant. O los bares tangueros como Sanata (actualmente cerrado por reformas) o el Boliche de Roberto. Las posibilidades abundan, y la próxima salida, ya sabes, animate a Almagro que seguro no te va a decepcionar.