El brunch es un neologismo que se usa para designar a la comida que va entre las 10 de la mañana y las 13, entre el desayuno y el almuerzo. Es un refugio para aquellos que no saben si quieren algo dulce o salado. Anotate estas sugerencias para «brunchear» en la Ciudad.

OSAKA

Este lugar sirve brunch sólo los domingos. Es un equilibrio entre el costado peruano y japonés de la cocina nikkei y se recomienda comenzar con una sección fría donde, además de una selección de causas (de 110 a 150 pesos) y una gran oferta de makis (150 pesos) y nigiris (125 pesos), se destacan los tiraditos (de 202 a 259 pesos) tanto en versión picante como en tono frutal.

Sabores más pulposos esperan en el lado caliente, con puntos altos como los panes al vapor (260 pesos) de aroma irresistible rellenos a elección (con asado nikkei, chipirones o cerdo laqueado) y el waffle con confit de pato (280 pesos) que resume perfectamente la bandera completa de este brunch: arte minucioso para vivir sin apuro.

Vale remarcar el baño de distinción que aporta una barra de cócteles que despacha algunas de las mejores pociones de la ciudad.

¿Dónde? Soler 5608, Palermo y Juana Manso 1164, Puerto Madero.

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MAGDALENA’S PARTY

Son desayunos de fantasía hollywoodense. En este bar el castellano posee tintes de pronunciación inglesa ya que parte de staff es de origen anglosajón.

Los huevos Benedict (115 pesos) vienen en porción doble y con pan de campo reemplazando al tradicional muffin inglés; mientras que el bagel de salmón (130 pesos) se muestra con relleno generoso y acompañado con papas rústicas.

El territorio de lo dulce, por su parte, es dominado sin discusión por los panqueques al estilo hot cake (90 pesos), con jarabe de maple y azúcar impalpable para evocar un auténtico diner de carretera californiana.

¿Dónde? Thames 1795, Palermo.

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ADORADO 

Elegante y popular. Los platos clásicos de brunch -como los huevos revueltos  (77 pesos) o los Benedict (78 pesos)- tienen una ejecución primorosa. Aún más sólidas son las especialidades propias de la casa, como los pancakes de lomito horneado (76 pesos) o el espectacular sándwich de french toast con relleno de Nutella (78 pesos), una tentación de texturas y dulzuras superpuestas a la que ni el más impoluto de los santos podría resistirse.

¿Dónde? Nicaragua 5856 y Honduras 5999, Palermo.

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HARTURO

La fama del brunch que se servía en Sirop & Folie era conocida por los sibaritas porteños. Y Harturo, el emprendimiento que lo sucedió en el mismo local pero bajo diferente dirección, busca que ese prestigio no decaiga, de la mano de un menú que pone más acento en la sección “lunch” que en la “breakfast”.

Así, a 260 pesos en efectivo, se ofrecen tres pasos que a su vez tienen tres propuestas a elección. Para el primero, la mejor idea es combinar algunas de las dos opciones de huevos (Benedict o revueltos) o el blinis de salmón gravlax con la tabla de panes y dips, como para que el “pique” sea amplio y variado. Luego, hay hamburguesa de cordero (jugosa y con lograda sazón de cilantro) para el que busque un segundo paso robusto, langostinos con ensalada de hojas, palta y cítricos si se desea algo más fresco, o sándwich vegetariano si el comensal no quiere carne.

El premio dulce llega con el cheesecake con crema inglesa y mousse de dulce de leche o torta húmeda de chocolate.

¿Dónde? Vicente López 1661, local 12, Recoleta.

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ALO’S

La propuesta consta de cinco platos a elección (redondeando alrededor de 300 pesos por persona), más jugos de frutas o infusión, y deja bien establecida la intención de mantener un buen equilibrio entre la vocación de autor y las metas sencillas

Aquí, la idea global opta por presentar un tour por dos caminos bifurcados: uno lleva a los almuerzos livianos (ensaladas, ceviche y una oportuna fish burger) y el otro a las confecciones pensadas con un buen café en mente, donde se destacan la torta húmeda (un clásico del repertorio de Di Renzo) y la french toast acompañada por un dulce de leche que, como la mayoría de las materias primas de Alo’s, es elaborado en su propia cocina.

¿Dónde? Av. Blanco Encalada 2120, San Isidro.

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