La cocina croata surge del cruce de culturas. Es un viaje sensitivo a través de los aromas y sabores mediterráneos con una gran influencia turca, griega, italiana y austro húngara, dando como resultado una fusión incomparable. Hoy compartimos 3 recetas típicas inspiradas en los productos de otoño.

En otoño la naturaleza nos regala variedades de verduras, hortalizas y frutas de diversos colores, y uno de los alimentos más elegidos es el zapallo. Versátil, sano y sabroso, permite crear diversos platos, dulces e incluso tortas, convirtiéndose en un producto culinario de excelencia y sobre todo, económico.

Croacia ha cobrado popularidad por su atractivo turístico, un país pequeño, pero con paisajes únicos y deslumbrantes y una historia muy interesante que vuelca en la riqueza de su gastronomía. Su cocina surge del cruce de culturas, reflejando el paso de las distintas civilizaciones en cada uno de sus platos, tradición que se mantiene en gran parte de los croatas que emigraron hacia la Argentina.

El paso del tiempo no desintegró sus raíces y son muchos los descendientes de aquellos emigrantes que perpetúan la herencia cultural de un país maravilloso. Dan cuento de ello los resultados del Primer Censo Digital de los Croatas y sus descendientes en la República Argentina, censo que continúa abierto y aún pueden sumarse ingresando a:  https://www.censocroata.com.ar/,  o a través de sus redes Instagram, Facebook y Twitter: @censocroata. 

La propuesta gastronómica croata es un viaje sensitivo a través de los aromas y sabores mediterráneos con una gran influencia turca, griega, italiana y austro húngara, dando como resultado una fusión incomparable. Sus comidas típicas se distinguen según la zona de Croacia: en las costeras predominan los pescados, mariscos, trufas blancas, vinos y embutidos, mientras que en el interior del país los platos son elaborados a base de carne de cordero, ternera o buey.

A continuación, compartimos algunas recetas de platos típicos con zapallo, estrella de la temporada:

STRUDEL SALADO DE CALABAZA Y QUESO FRESCO:

Bučnica

Conocido como Bučnica, es elaborado con calabaza, queso fresco, crema agria y huevos envueltos en una masa fina. Plato popular en Zagreb, su capital croata y áreas cercanas.

INGREDIENTES                                                                                                                 – Masa:
– 500 g de harina blanca común (suave)
– 200 ml de agua tibia
– 30 g de manteca o grasa de cerdo
– 1 huevo
– Pizca de sal
– Aceite vegetal. 

Relleno:
– 400 g de queso fresco (tipo ricota, queso crema consistente, queso cottage)
– 100 g de crema agria
-1 calabaza
– 2 huevos
– 1/2 cucharada de azúcar
– 80 g de manteca
– Pizca de sal.

PREPARACIÓN:                                                                                                               

Pelar la calabaza, cortarla por la mitad a lo largo, quitar el centro y luego rallar la calabaza en un bol. Agregar un par de pizcas de sal.

Tamizar la harina en un bol, agregar una pizca de sal, 1 huevo entero, el agua tibia y la manteca. Mezclar con los dedos. Colocar sobre una tabla y amasar en forma de pelota. Cubrir con aceite vegetal, luego dejar reposar por 30 minutos. 

Para el relleno exprimir todo el exceso de agua de la calabaza rallada y colocarla en un bol. Agregar el queso fresco, una pizca de sal, el azúcar, la crema agria y 2 huevos enteros. Mezclar todo junto. 

Espolvorear harina sobre una superficie dura con un mantel y extender la masa hasta que quede muy fina. Cortar los bordes rectos y luego untar aceite sobre la masa con las manos. 

Colocar el relleno en el borde más largo y con ayuda del mantel lo vamos enrollando hacia la mitad hasta que se una. Con un plato cortamos los rollos a la longitud deseada, los colocamos en una fuente para horno untada con manteca, uno al lado del otro, lo cubrimos con pedacitos de mantequilla blanda y lo metemos a asar en el horno, calentado a 195°C, unos 30 minutos. Cortamos en pedazos y servimos la bučnica lista, caliente o fría.


MERMELADA OTOÑAL:

INGREDIENTES:
Relleno:
– 1 kg de calabaza pelada
– 1 kg de peras peladas
– 1 kg de manzanas peladas
– 1 limón, 1 cucharada de canela
– 30 ml de extracto de anís estrellado
– 1 cucharadita de cardamomo en polvo
– 600 g de azúcar.

PREPARACIÓN:

Pelar una calabaza, cortarla en trozos, espolvorear con 200 g de azúcar y poner en una olla para cocinar. Dejar reposar. Repetir el procedimiento con las peras en trozos, agregando el azúcar. Cortar las manzanas y espolvorearlas con jugo de limón y agregar azúcar restante. Luego, cocinar toda la fruta y revolver ocasionalmente. Cuando la mezcla haya hervido añadir la canela, el cardamomo y el extracto de anís estrellado. Dejarlo cocinar durante unos 20 minutos y revolver.

Cuando la fruta se ablande, pasarla a una licuadora y continuar la cocción durante otros 15 minutos (hasta llegar a la consistencia deseada).

Lavar los tarros, calentar a 100 °C y rellenarlos con mermelada caliente. Al cerrarlos, dar vuelta sobre la tapa y después de 5 minutos ponerlo nuevamente en posición vertical. Enfriar y almacenar a temperatura ambiente.

El extracto de anís estrellado se prepara poniendo en un frasquito con tapa una cucharadita de los frutos en pequeños trozos, con 30 ml de alcohol al 70%, y se estaciona por 40 días. Luego usar para hacer masitas, tortas, etc.


CHEESECAKE DE CALABAZA Y NUECES CARAMELIZADAS:

Jesenski cheesecake s bundevom

INGREDIENTES                                                                                                                    Base:
– 200 g de galletas molidas tipo María
– 3 cucharadas de azúcar morena (puede ser azúcar blanca)
– 1 cucharadita de canela
– 1 cucharadita de jengibre
– ½ cucharadita de nuez moscada
– 100 g de manteca derretida.

Crema:
– 420 g de queso crema
– 2 huevos
– 2 cucharadas de fécula de maíz
– 1 cucharadita de canela
– 2 cucharadas de miel
– 1 cucharadita de extracto de vainilla
– 300 g de puré de calabaza
– 70 ml de crema batida.

Nueces caramelizadas en miel:
– 1 cucharada de manteca
– 2 cucharadas de miel
– media cucharadita de canela o alguna otra especia al gusto
– 1 taza grande de nueces enteras.

PREPARACIÓN:                                                                                                                     Pelar una calabaza, sacarle las semillas y hornearla. Una vez horneada, hacer un puré. El puré puede utilizarlo inmediatamente o congelarlo. Si parece translúcido (especialmente después de descongelarlo), páselo por un colador de malla fina para drenar el exceso de agua.

Moler las galletas y mezclarlas con el azúcar, las especias y la manteca derretida formando un arenado. Colocar la mezcla sobre un molde para horno forrado con papel de horno. Hornear las galletas en un horno precalentado a 190 grados durante 3-4 minutos, luego retirarlas.

Preparar la crema. Mezclar el queso crema, los huevos, la fécula de maíz, la canela, la miel, la vainilla y el puré de calabaza. Mezclar bien con una batidora para obtener una mezcla uniforme.

Batir aparte la crema a ¾ punto con una cucharada de azúcar y luego mezclar con el resto de la preparación.

Verter la preparación sobre la base de galleta y hornear durante 35 minutos en un horno precalentado a 180 grados.

Mientras tanto, preparar las nueces. Derretir la manteca en una sartén y mezclarla con miel y canela. Agregar las nueces y cocinar a fuego lento durante 5-6 minutos. Es necesario remover con frecuencia para que la miel no se queme. Colocar las nueces sobre una base forrada con papel de horno, acomodarlas de manera que no queden una encima de la otra y déjalas enfriar por completo. Luego colocarlas sobre la torta enfriada. Consejo: ¡no ahorrar en los condimentos ni en las nueces!

Quienes quieran conocer más acerca de la gastronómica croata pueden visitar el blog de Jelena Nadinic: https://cocinacroata.wordpress.com/author/cocinacroata/