Famosa por su pizza de media masa y empanadas fritas, está emblemática pizzería de Palermo tuvo que cerrar sus puertas hace unos meses. Los trabajadores, sin embargo, quieren seguir con el legado y reabrieron con el mismo sabor y calidad en un nuevo local.

La pizzería Punto y Banca fue un emblema de la ciudad de Buenos Aires desde su fundación el 21 de septiembre de 1978. Ubicada en la esquina de Hondura y Medrano, su fugazzeta y empanadas fritas fueron ponderadas por sibaritas y simples amantes del buen comer.

Hace poco más seis meses el local cerró y la cadena de pizzerías Kentucky no tardó nada en ocupar el local. Sin desanimarse y con perseverancia, los maestros pizzeros del lugar abrieron hace unos meses su propio local, «Los Muchachos de Punto y Banca», en Mansilla 3494.

Sucede que el dueño de Punto y Banca era un señor mayor que trabajó y sostuvo el negocio durante mucho tiempo pero finalmente murió dejando la pizzería a cargo de un sobrino nieto, que a pesar del intento, no supo – o no pudo- manejarla y finalmente ésta se fundió.

Frente a esta situación, la pizzería estuvo cerrada durante varios meses y sus trabajadores, alarmados por la situación y sin respuestas sobre el futuro de Punto y Banca, se organizaron y gracias a la fuerza de la perseverancia y un cariño especial para con el lugar – algunos llevan más de 25 años trabajando allí –, se unieron para abrir un nuevo espacio para despachar sus especialidades.

«Cuando la pizzería cerró pensamos que iba a volver a abrir pronto, luego pasaron cuatro meses sin respuestas ni cobrar sueldos y nos dimos cuenta que no iba a suceder», relató Julio, encargado del  nuevo local en diálogo con SalPimenta. «Quisimos renovar el contrato del local original pero Kentucky ofreció el doble de lo que se pagaba y no pudimos competir», señaló.

De esta manera, y desde el 25 de abril, «Los muchachos de Punto y Banca» volvieron a hacer lo que mejor saben: pizzas y empanadas. Tras la quiebra del local de la calle Honduras, recibieron como «indemnización» los hornos y herramientas del lugar y se pusieron a trabajar.

Julio asegura que a partir de que se viralizó la noticia del «regreso de Punto y Banca», los clientes saturaron las líneas telefónicas y los pedidos no cesaron de salir. «La diferencia entre nosotros y otras pizzerías está en la calidez y en la mercadería de primera, además de la buena onda y la trayectoria», comenta orgulloso Julio, que además confiesa que «en los 24 años que llevo trabajando acá no ha habido un día en que no coma una empanda o una porción de pizza; estoy impecable».