¿Cómo darte un gusto cuidándote? Existen maneras y secretos para que tus frituras sean livianas y sanas. A continuación te mostramos cuales son las herramientas adecuadas para darse gustos y permitirse una indulgencia en su justa medida.

En primer lugar el mejor uso del aceite es en crudo, y lo más importante es la moderación en su consumo, ya que una cucharada de sopa aporta 100 calorías aproximadamente. Hay que tener en cuenta que un poco de aceite hace bien, es rico en Vitamina E, antioxidante preventivo de enfermedades como el cáncer y potencia el sistema inmunológico.

En este sentido tanto o más importante que moderar el consumo de frituras es que estén bien hechas porque si bien, como se dijo anteriormente, son necesarias, una mala práctica puede generar sustancias que ingresan a nuestro cuerpo y oxidan las células, dañándolas ante reiteradas exposiciones.

¿Qué hacer a la hora de freír?

1-Utilizar un recipiente alto, de boca angosta, con abundante cantidad de aceite. Calcular 3 partes de aceite por 1 de comida.  De esta manera la fritura es uniforme en toda la superficie.

2- Utilizar aceite de oliva o bien aceite de girasol alto oleico (neutro en sabor y aroma, con un costo más accesible), con mayor estabilidad a las altas temperaturas. El beneficio es que la materia grasa se descompone más lentamente y así las sustancias “malas” que pueden ingresar es menor.

3- No mezclar aceite nuevo y viejo

4- No mezclar el aceite de girasol o maíz con el de oliva, porque como tienen distintos puntos de humeo se pueden quemar.

5- Los alimentos a freír deben estar secos, ya que el agua favorece la descomposición del aceite.

6- No freír alimentos congelados, porque el aceite se enfría al sumergir el producto y se modifica la calidad de la cocción, aumentando la cantidad de materia grasa absorbida.

7- Filtrar el aceite luego de cada fritura, ya que la permanencia de residuos favorece la oxidación y descomposición.

8- No reutilizar el aceite más de 2 veces. Siempre es mejor cambiar el aceite.

9- Si se utiliza un recipiente plano como una sartén, parte del alimento quedará por fuera del baño de fritura. La parte sumergida se fríe y la externa se cuece por efecto del vapor interno generado al calentarse.

10- Si cocinamos al horno, con poco aceite, la materia grasa se impregna en la capa externa de la milanesa y debido a la elevada temperatura del horno, la del aceite se satura más rápido.

¿Cómo hacer milanesas más saludables?

•Sumergir el alimento cuando al aceite esté caliente –160 a 180 para que su cocción sea homogénea.

• Cocinar durante corto tiempo y secar posteriormente.

•Pasar la milanesa frita por agua caliente, y de esta manera, la milanesa queda más seca y crocante con una menor cantidad de aceite en su exterior.

¡A disfrutar pero siempre con moderación!