Por Candela Sánchez Fourgeaux (@candelasanchezf)

Fervor, brasas de campo y de mar, es un elegante restaurant de Recoleta.

En el verano pasamos un fin de semana en el hotel Meliá, el cual queda en la misma cuadra que Fervor y las empanadas sanjuaninas que tienen fama de ser costosas pero también de valer la pena. Observamos que el público de la zona es bien turista primero porque Recoleta goza la premisa de ser seguro: es uno de los barrios más antiguos y tradicionales de la ciudad y la arquitectura es tan parisina que de noche sentís que estás en una escena de una película francesa.

El sábado, lluvioso y de niebla porteña tuvimos nuestra primera experiencia en Fervor. El salón llama la atención por muchas razones: los mozos están impecables, la barra de cocktails te transporta a la serie Mad Men y la inspiración brasserie se siente. La carta no es muy extensa, señal que suelo tomar positiva porque es imposible tener todo bien hecho y rápido en una cocina, con carnes y pescados a las brasas como su posicionamiento lo menciona, cocktails tradicionales como Manhattans, Cosmopolitans, Negronis y Old Fashioned, pastel de papa en horno de barro, los vinos claro, postres y entradas.

Para comenzar se puede elegir la empanada santiagueña, clásico del lugar, que cuesta $71, así que quisimos probarla para ver de qué trataba. Sabrosa, jugosa, y cara, demasiado para nuestro gusto, aunque es claro que el target de dicha empanada es turista porque la gran mayoría de las mesas se comunicaban en otros idiomas. También hay buñuelos de acelga, revuelto gramajo y para complementar la empanada, pedimos una porción de jamón crudo italiano con oliva y pimienta negra molida, de excelente calidad, recomendado por uno de sus mozos. Claro que Fervor tiene paneras como los restaurants de toda la vida.

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Los platos los elegimos en torno a los fuertes del lugar: carnes y pescados, así que Mati se pidió un ojo de bife de 400 gramos con papas españolas y yo, por mí parte, una brochette de langostinos con ensalada de verdes. La materia prima se destaca: los langostinos estaban casi tan ricos como los que comíamos en Barcelona, la ensalada con verdes estaba exquisitamente condimentada y el ojo de bife de Mati, supremo, digno de hacernos quedar bien ante cualquier extranjero que solo quiere comer carne y más carne a punto, por favor.

Manejan la carne como si fuese una poesía, no sólo eligen y seleccionan minuciosamente la carne, sino que también ejecutan el proceso de “maduración en seco con hueso” según la antigua tradición argentina. La carne madurada se almacena y cuelga en las cámaras logrando que la humedad de la carne se evapore. La evaporación reduce el peso y concentra el sabor. El resultado es una carne excelente, un sabor extraordinario y una textura mantecosa.

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Los platos salen un promedio de $350 a $400 y son porciones generosas, como para compartir. Si bien es por supuesto una media más alta que un bodegón porteño, la calidad es lo que más subrayo de la experiencia en Fervor, porque hasta las lechugas estaban crujientes y tanto el oliva como el aceto estaban muy bien.

La carta de postres es bien tradicional argentina: almendrados de dulce de leche, panqueques, volcán de chocolate. Mati se pidió un rogel con helado de dulce de leche casero, y yo, un poco más tranquila, una degustación de quesos y membrillos. Ambas opciones, fabulosas, e insisto, de muy buena calidad.

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Fervor nos sorprendió para bien, y quizá sea uno de los mejores restaurants de Recoleta. Su carta es de estilo tradicional y se ajusta al posicionamiento del barrio, la calidad es muy alta, y desde los cocktails a pescados y postres, no sólo cumplen sino que superan las expectativas. No es el restaurant más económico de la ciudad pero la ambientación suma puntos, al igual que la atención, y las porciones son para compartir, especialmente la parrillada de mar que por lo que vimos, es de lo más solicitado y comen por lo menos 3 personas, langostinos, pulpitos y otras delicias de mar.

Fervor queda en Posadas 1519 y abre todos los días de 12.00 a 16.00 hs y de 20.00 a 12.00, excepto el sábado hasta la 1.00 am.