Colombia será este año y el próximo el anfitrión de Latin America’s 50 Best Restaurants (Los mejores 50 restaurantes de Latinoamérica), un evento que reúne a lo mejor de la gastronomía de la región y los galardona en un listado.

La quinta edición de una de las premiaciones más importantes de la gastronomía mundial se realizará en septiembre en Bogotá. El año pasado, el país anfitrión fue México y el 24 de octubre de 2017 será el turno de Colombia. De los locales, Leo, el restaurante de la cocinera Leonor Espinosa, fue el que ocupó el lugar más alto en la lista (16), los demás fueron Criterión (29), Harry Sasson (40) y Andrés Carne de Res (49).

Colombia es mundialmente conocido por su rico café pero eso es tan solo una pequeña parte de la riqueza culinaria que envuelve este país y cada una de sus regiones, de lo más diversas entre sí. En la zona de Bogotá (región de Cundinamarca), el clima frío y húmedo ofrece platos contundentes como el ajiaco, una especie de guiso de pollo, choclo y papas; o el sancocho, una preparación similar pero más parecido a una sopa, además de las deliciosas empanadas fritas y arepas características de la región.

Su vecina región de Boyacá se destaca por sus amasijos, entre ellos las almojábanas (un pan de queso y maíz) y otras arepas de especialidad. En tanto en la región de los «paisas» (Medellín, Manizales, Pereira y otras ciudades del eje cafetero) es bien conocida la Bandeja Paisa, un auténtico desayuno de campeones que se sirve con embutidos, porotos, huevos, arroz y plátano. En tanto, en la punta norte, cerca del Mar Caribe, en ciudades como Barranquilla y Santa Marta, se puede disfrutar de una riquisima sopa de queso llamada Mote, o bien algun pescado frito. Así, cada región de la bella Colombia tiene una fuerte identidad gastronómica fuertemente ligada a sus productos regionales.

Los premios a los 50 mejores restaurantes de Latinoamerica contemplan a los establecimientos gastronómicos de alta gastronomía. Será una buena ocasión para que, puestos los ojos en el país, salgan a relucir los mejores platillos, que casi siempre suelen estar en la calle, con la gente.