Se trata del entrerriano Diego Grimberg quien se dedica a supervisar cada uno de los detalles de los platos de Enigma, la última creación de los vanguardistas Alber y Ferrán Adriá.

Nacido en Concordia, Entre Ríos, Diego Grimberg partió hacia Buenos Aires a los 19 años para dedicarse a la gastronomía. Allí trabajó en CHILA, junto a Soledad Nardelli durante 6 años, hasta que su ambición por seguir capacitándose lo llevó hasta el viejo continente. Fue en España, precisamente en Barcelona donde encontró su espacio. Hoy, despliega su potencial en Enigma, el más reciente emprendimiento de Albert y Ferran Adrià, chefs españoles a quienes se les reconoce haber revolucionado la escena gastronómica mundial.

Respecto a Enigma, se trata de una experiencia secreta y exclusiva. En consonancia con otro de los hitos de los Adrià, el Celler de Can Roca (considerado el mejor del mundo), el menú consiste en una extensa degustación que varía todo el tiempo ya que se trabaja siempre sobre la temporalidad del producto. Y aunque el menú tiene un costo de 220 euros, la experiencia es tan enriquecedora que hay lista de espera de tres meses.