La industria gastronómica también fue uno de los ejes principales de estas famosas charlas motivacionales brindadas por oradores referentes en la materia. A continuación, un recorrido por las mejores 5 Ted Talks que ponen el foco en los alimentos, su impacto en nuestra vida y en el medio ambiente. 

Las charlas TED (Tecnología, Entretenimiento, Diseño; en inglés: Technology, Entertainment, Design) son una serie de charlas que cubren un amplio espectro de temas que van desde ciencias, arte, política, educación, cultura, negocios hasta asuntos globales, tecnología y entretenimiento.

Algunos de los oradores más famosos que participaron de esta iniciativa e impartieron su conocimiento fueron el ex Presidente de los Estados Unidos Bill Clinton, los ganadores del Premio Nobel James D. Watson, Murray Gell-Mann, y Al Gore, el cofundador de Microsoft, Bill Gates, los fundadores de Google Sergey Brin y Larry Page, entre otros.

Además, varias personalidades del mundo gastronómico participaron de estas charlas con mensajes sorprendentemente condenatorios a la industria alimentaria. A continuación te presentamos las mejores cinco Ted Talks para tomar conciencia sobre lo que comemos.

Jamie Oliver: Enseñarle a todos los niños acerca de comida.

El célebre chef británico, conductor de televisión, autor de más de una docena de libros de cocina y gran crítico de la industria alimentaria, dispara: “Hace 30 años, la mayor parte de la comida era fresca y se cultivaba en forma local. Ahora la mayoría esta procesada y llena de cualquier cantidad de aditivos, ingredientes extra, y ustedes ya conocen el resto de la historia. El tamaño de las porciones es un inmenso, inmenso problema. El etiquetado es un inmenso problema. Ellos quieren auto controlarse La industria quiere ser sus propios inspectores. ¿Como? ¿En este entorno? No se lo merecen. Como puedes decir que algo es bajo en grasas cuando esta lleno de azúcar”.

Soledad Barruti: Un mundo de muchos mundos.

La periodista argentina y autora del libro «Malcomidos», sostiene: “Es una situación rara. Estamos en este momento en un pico de abundancia de la humanidad. Nunca antes se produjeron tantos alimentos como ahora. Producimos 50.000 millones de pollos, gallinas que dan un huevo por día -que es todo un record para las gallinas- 1000 millones de cabezas de cerdo, 1300 millones de cabezas de ganado, 260 toneladas métricas de soja, 700 de maíz. Son números bestiales de los que sin embargo no sabemos nada. Y en muchos casos preferiríamos ni siquiera saber ¿Qué dice eso de la construcción de mundo, de la construcción de la sociedad que estamos haciendo?”.  “ Hoy nos dan de comer o digitan nuestra producción de alimentos un puñado de empresas, de semilleras, de frigoríficos, de supermercados, que dicen qué se planta, cuándo, dónde…”


Mark Bittman: ¿Qué hay de malo en lo que comemos?

El periodista gastronómico del New York Times reflexiona: “¿Puede el salmón criado en granjas ser orgánico cuando su pienso no tiene nada que ver con su dieta natural, aunque el pienso sea supuestamente orgánico, y cuando los peces están apelotonados en jaulas, nadando entre sus propios excrementos? ¿Y si ese salmón es de Chile y se le da muerte allí y luego se trae en avión 8,000 kilómetros, o lo que sea, emitiendo a la atmosfera quién sabe cuánto carbono? No lo sé. Envasado, por supuesto, en poliestireno, antes de aterrizar en algún lugar de los Estados Unidos y luego transportado en un camión unos cuantos cientos de kilómetros más. Esto puede que sea orgánico en el nombre, pero seguro que no es orgánico en espíritu”.

Tristram Stuart: El escándalo del desperdicio mundial de comida.

El historiador inglés y autor del libro «Despilfarro: el escándalo global de la comida», explicó: “Cuando se habla de la necesidad de aumentar la producción mundial de comida para alimentar a esos 9 000 millones de personas que se espera haya en el planeta en el 2050, siempre pienso en estos gráficos. La verdad es que tenemos esta enorme reserva en los países ricos, entre nosotros y el hambre. Nunca antes había habido excedentes tan gigantescos. De muchas maneras, esta es la historia del éxito de la civilización humana, la de los excedentes agrícolas que nos propusimos lograr hace 12 000 años. Es una historia de éxitos. Ha sido una historia de aciertos. Pero ahora tenemos que reconocer que estamos llegando al límite ecológico de lo que puede soportar el planeta.”


Michael Pollan: Desde el punto de vista de las plantas.

El periodista, escritor y activista dispara: “Sufrimos una revolución darwiniana hace 150 años. Tenemos esta revolución darwiniana e intelectual en la que, gracias a Darwin, nos dimos cuenta de que sólo somos una especie entre muchas. La evolución está operando en nosotros de la misma forma en que opera sobre todas las demás. Somos influenciados, y también influenciamos. Realmente formamos parte de las fibras del tejido de la vida. Pero lo raro es que, 150 años después, todavía no hemos aprendido esta lección. Ninguno de nosotros se cree esto de verdad. Seguimos siendo cartesianos, hijos de Descartes, que creen que la subjetividad, la consciencia, nos diferencia. Que el mundo está dividido entre sujetos y objetos. Que la naturaleza está en un lado y el cultivo en otro. En cuanto comenzamos a ver las cosas desde la perspectiva de la planta o del animal nos damos cuenta de que la verdadera presunción literaria es ésa. Es ésta: la idea de que la naturaleza se opone al cultivo. La idea de que la consciencia lo es todo”.